En busca del santo grial de mariposas

Podría apostar a que a lo largo de los años, al salir de excursión, todo lepidopterólogo ha esperado encontrar algunas mariposas “especiales”: lo que podríamos designar santos griales o simplemente griales.

Aparte de su contexto histórico y religioso, “santo grial” se define como algo que se desea con fervor, pero que supone un reto encontrar o alcanzar. Prácticamente todo empeño humano ha tenido sus propios griales. En la medicina, podría ser la cura para el cáncer; en el arte, el descubrimiento de un Da Vinci perdido; en el ámbito deportivo, el primer kilómetro en tres minutos; en la observación de avifauna, el carpintero real (Campephilus principalis) o, siendo más realistas, una reinita caridorada (Setophaga chrysoparia). El ideal es que, con investigación, esfuerzo constante y un poco de suerte, tal vez se logre.

El concepto de los griales en la observación de mariposas puede ser de gran utilidad. En su obra clásica titulada Mariposa Road: the first big butterfly year [El camino de la mariposa: el primer año de grandes hallazgos], Bob Pyle decidió adoptar la estrategia de “[…] ir en busca de griales con la esperanza de que las especies más comunes se aparezcan en el camino”. Y le salió bien porque, en su travesía de un extremo a otro de Estados Unidos, encontró de 30 a 40 de sus griales y además logró observar un total de 478 especies de mariposa. Al leer el libro, me di cuenta de que ése es exactamente el enfoque que he seguido durante años.

Entonces, ¿qué constituye un grial entre las especies de mariposas? De hecho, no se trata de un concepto sencillo de definir. He logrado distinguir al menos diez factores que entraron en juego a la hora de enlistar mis propios griales particulares a lo largo de los años en América del Norte, al norte de la frontera mexicana (algunos de los cuales hasta aparecen en mis sueños).

Las especies que vemos por primera vez, identificamos e incluimos en nuestras listas de control personales reciben en inglés el nombre de “lifers” y pueden ser un aspecto básico de cualquier investigación sobre mariposas. Observar una especie por primera vez, la vuelve única. A ello puede sumarse la singularidad de una especie: cuanto más rara sea (en términos de su distribución y abundancia), más difícil de encontrar, e incluso si su rango puede cubrir una superficie extensa, muy pocas veces se llega a ver.

Algunas especies simple y sencillamente son huidizas, de manera que aun en el hábitat y condiciones apropiadas, muy pocas veces llegan a verse. Algunas son de carácter efímero: no se ven en años; de pronto, aparecen en cantidad en un lugar determinado, y luego vuelven a desaparecer por mucho tiempo. Hay especies que sólo se encuentran en una región específica (por ejemplo, únicamente en hábitats desérticos, montañosos o del Ártico, o específicamente en la frontera sur de Estados Unidos). La dificultad de acceso es también un elemento a sumar al grado de atracción: las condiciones del terreno pueden dificultar enormemente la observación de las especies (pensemos en la tundra alpina o una ciénaga remota).

Además, como seres humanos que somos, el atractivo visual de una especie puede, sin duda, aumentar nuestra fascinación. El gran tamaño o los colores brillantes suelen ser aspectos que nos llevan a incorporar una especie en nuestra lista de santos griales.

Las plantas de las que se alimentan las larvas constituyen otro elemento fundamental. Un gran número de especies raras de mariposa suele asociarse con una sola fuente de alimento. Ir en busca de tal planta —en ocasiones también poco común— puede resultar la forma más probable de llegar a observar la mariposa que hemos designado como santo grial.

Algunas especies tienden a ser griales en virtud de la mitología desarrollada en torno a ellas. Tal es el caso de la Erora laeta, de los bosques del este de América del Norte. Prácticamente todo aficionado de las mariposas estaría de acuerdo y, de hecho, las publicaciones en materia de mariposas lo refuerzan. En lo personal, me gusta su nombre tan apropiado en francés: Lutin mysterieux, o “duende misterioso”. En mis años de juventud, en Ontario, esta especie encabezaba mi lista de santos griales. Está asociada a rodales maduros de haya americana (Fagus grandifolia) y, fuera de algunos cuantos sitios conocidos, rara vez se le encuentra. Incluso después de haber observado varias con el paso del tiempo, hoy sigo en su búsqueda y siempre me emociona encontrarla.

Como dije antes, hacer de una especie un santo grial es algo muy personal que puede cambiar con el tiempo, y de hecho lo hace. Las mariposas que uno quería encontrar de niño suelen pasar de moda conforme se va creciendo y se llega a la adultez. En mi caso, ello ocurrió con la mariposa cometa gigante (Papilio cresphontes), desconocida en mi lugar de origen, en Ontario: ahora común donde vivo, debido a que su rango de distribución se ha ido extendiendo hacia el norte, esta especie dejó de ser un grial para mí, pero nunca me será una mariposa cualquiera. Debemos tener cuidado de evitar que el hecho de estar familiarizados con una especie genere en nosotros desdén o menosprecio.

Existen algunas especies que no incorporaría a mi lista de griales por dos razones: en primer lugar, no incluyo ejemplares extraviados excepcionales, que no pudieran esperarse en una excursión de rutina en determinada zona. Este criterio lo aplico principalmente a especies mexicanas que no suelen reproducirse al norte de la frontera entre Estados Unidos y México y que sólo aparecen en territorio estadounidense en forma esporádica. Mi segundo factor de eliminación corresponde a esas especies tan remotas e inaccesibles, o incluso posiblemente eliminadas, que no albergo esperanza alguna de observar; por ejemplo: la muy localizada colias de Johansen (Colias johanseni), de la región más septentrional del Ártico; la rara mariposa heliconia de Alberta (Boloria alberta), de zonas de alta montaña, y la desaparecida saltarina de Zestos (Epargyreus zestos), que anteriormente se encontraba en Florida.

Así que, con todo lo hasta aquí planteado, ¿cuáles son mis muy personales especies griales? Luego de casi 60 años de búsqueda de mariposas, puedo dividirlos en cuatro categorías, con base en mi propio historial de observaciones de lepidópteros. Para cada cual he incluido una breve nota:

  1. Especies generalmente consideradas “santos griales” que he observado y fotografiado:

  • Cola de golondrina “de cola corta” (Papilio brevicauda): especie endémica de las provincias marítimas de Canadá.

  • Mariposa cometa Macaón (Papilio machaon): especie de regiones septentrionales remotas con numerosas subespecies, algunas también griales.

  • Colias ártica blanca o de Labrador (Colias nastes): sólo se le encuentra por encima del límite de la vegetación arbórea en el alto Ártico y la tundra montañosa.

  • Duende de las ciénegas (Callophrys lanoraieensis): presente en pantanos prácticamente inaccesibles en una región limitada al noreste.

  • Atala (Eumaeus atala): especie considerada desaparecida del extremo meridional de Florida, ahora en aumento.

  • Tecla de Poling (Satyrium polingi): rango de distribución restringido al oeste de Texas y el este de Nuevo México.

  • Duende misterioso (Erora laeta): se distribuye desde el sur de los montes Apalaches hasta la región de los Grandes Lagos.

  • Niña de Sonora (Philotes sonorensis): especie pequeña y brillante, residente del sur de California.

  • Turquesilla (Lasaia sula): de azul brillante, residente del valle del río Bravo.

  • Chlosyne endeis: una de las mariposas menos vistas que residen en el sur de Texas.

  • Mariposa duende (Microtia elva): especie de pequeña mariposa parche de la familia Nymphalidae, esporádica del sureste de Arizona.

  • Malaquita (Siproeta stelenes): hermosa, rara y de gran tamaño, vive en Florida y el sur de Texas.

  • Ártico de Macoun (Oeneis macounii): especie con distribución amplia en la región boreal canadiense, a menudo inaccesible.

  • Saltarina apache (Hesperia woodgatei): habitual en el otoño en lugares montañosos desperdigados del suroeste de Estados Unidos.

  • Patrón gigante de Huachuca (Agathymus evansi): todos los patrones gigantes (subfamilia Megathyminae) son griales, pero éste es el que tiene el rango de distribución más pequeño y se encuentra únicamente en Arizona.

  1. Griales observados que nunca logré fotografiar (sumamente frustrante):

  • Papilio negro común o cometa negra de parches rojos (Papilio anchisiades): especie colorida de gran tamaño, presente en el bajo río Bravo.

  • Apolo de las montañas Rocallosas (Parnassius smintheus): mariposa cometa blanca de gran tamaño, sin cola, de las praderas montañosas.

  • Mariposa “cara de perro” de California (Zerene eurydice): especie endémica e icónica de California.

  • Tecla de Loki (Callophrys gryneus loki): presente únicamente en algunos lugares del sur de California.

  • Tecla de Xami (Callophrys xami): objeto de intensa búsqueda en numerosos sitios del suroeste de Estados Unidos y vista por mí sólo una vez.

  • Mariposa parche de la Sierra Nevada (Chlosyne whitneyi): rareza de zonas de alta montaña de las Rocallosas y la región central de California.

  • Alas de hoja (Anaea troglodyta aidea) y ala púrpura (Eunica tatila): ambas vistas en Florida una vez el mismo día, hace muchos años.

  1. Especies en el hábitat adecuado, en el momento adecuado, y aun así no observadas (debido a estado del tiempo poco favorable o mala suerte):

  • Parnassius eversmanni: residente de la tundra montañosa en el noroeste.

  • Tecla de Bartram (Strymon acis): especie del sur de Florida en peligro de extinción.

  • Mariposa parche de Gillete (Euphydryas gillettii): residente de praderas de las montañas Rocallosas.

  • Mariposa alpina de Colorado (Erebia callias): rango limitado de la región central de las Rocallosas.

  • Heliconia reliquia (Boloria kriemhild): igual que la anterior.

  • Tecla de Colorado (Hypaurotis crysalus): una de las teclas (mariposas de la subfamilia Theclinae) más hermosas de las montañas del oeste de Estados Unidos.

  1. Algunos de mis futuros griales en espera de posibles excursiones (mi lista más importante):

  • Todas las mariposas incluidas en el grupo tres (supra).

  • Cometa caribeña (Papilio aristodemus): especie sumamente apreciada, en peligro de extinción, residente de los cayos de Florida.

  • Euchloe naina: de identificación relativamente reciente, residente limitada a la región Alaska-Yukón.

  • Tecla de Hessel (Callophrys hesseli): especie muy localizada de la costa este.

  • Tecla sandía (Callophrys mcfarlandi): trofeo de color cobre y verde del oeste de Texas y Nuevo México.

  • Mariposa cobre de Hermes (Lycaena hermes): especie en peligro de extinción del área de San Diego.

  • Mariposa marca de metal (Calephelis muticum): especie aislada y en desaparición de la región central de Estados Unidos.

  • Heliconia Diana (Speyeria diana): mariposa espectacular de gran tamaño de los montes Apalaches y la meseta de Ozark, cuya población está en declive.

  • Heliconia real (Speyeria idalia): prácticamente desaparecida de la región este, y en declive pero aún localizada en la región central de Estados Unidos.

  • Mariposa parche de Hoffman (Chlosyne hoffmanni): especie de las montañas de la costa occidental de Estados Unidos, rara vez vista.

  • Saltarina insólita (Problema bulenta): aislada en unas cuantas marismas en la costa este de Estados Unidos.

  • Saltarina cristal (Atrytonopsis quinteri): especie de reciente identificación de algunas islas de barrera en Carolina del Norte.

Aquí tienen la lista de las principales 40 especies griales para mí, mismas que han sobrevolado mi imaginación a lo largo de mi vida. Un dato interesante es que de las 23 especies que he logrado observar, a 15 las vi sólo una vez. Ello dice algo de la rareza de estas mariposas. Existen, por supuesto, muchas más especies de lepidópteros de América del Norte con las que podría tener mi primer encuentro (es decir, lifers para mí) y que me encantaría observar, pero no ocupan un lugar tan importante en mi mente —no me resultan tan vívidas y difíciles de observar— como las mariposas griales recién enumeradas.

Un breve comercial de eButterfly: Al introducir tus observaciones, me has facilitado la planificación de mis excursiones y la ubicación de los lugares adecuados para encontrar varias de mis especies griales.

Muchos de ustedes estarán de acuerdo con algunas de estas especies griales de mi selección, pero extiendo una invitación a que cada uno haga su propia lista. Espero, además, que todos ustedes compartan sus listas de griales con otros lectores de eButterfly.